ELLA LUISA
A través de la ventana el veía una ciudad adormecida y triste, el dolor le marcaba el rostro, sus ojitos opacos hundidos por el paso de los años dejaba caer lágrimas de soledad. Luisa, era su nombre. De nuevo miro a través de la ventana la ciudad reflejaba su fatalidad. El tiempo parecía detenerse en esa habitación ya no estaba el vaso de cama que solía vaciar por las mañanas. A sus 85 años en su mente pasaron 57 años de unión, el viaje a Europa. Al fondo un espejo quieto y diáfano le devolvió el presente. Luisa había muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario